ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA |
Lección para el 14 de noviembre
Declarado por Pedro
Versículo Clave: “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” Escritura Seleccionada: |
EL MAESTRO CON GRAN MODESTIA, en lugar de declarar su propia grandeza, preguntó a sus discípulos como lo consideraban los hombres (Mateo 16:13). “Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” – Mateo 16:14,15.
Al principio del ministerio de Cristo, Juan el Bautista afirmó que vio una manifestación del Espíritu Santo descender sobre Jesús a la semejanza de una paloma y dio testimonio de que el Señor era el Hijo de Dios, diciendo: “También dio Juan testimonio, diciendo: Ví al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo” – Juan 1:32,33.
Debería haber sido evidente para la mente de los judíos que Jesús no pudo haber sido uno de los profetas de la antigüedad que había muerto, debido a que su regreso de la tumba sucedería en el momento de la resurrección, era un evento futuro (Juan 5:28,29).
Nuestro Versículo clave refleja el valor de Pedro y como portavoz de los otros discípulos, respondió la pregunta del Maestro declarando que era el Mesías.
“Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos “ – Mateo 16:17.
Además, nuestro Señor reconoció la confesión de Pedro como la “roca” o la verdad fundamental, lo cual al ser aceptado por sus seguidores, sería la base para convertirse en miembros de la iglesia de Cristo. Las “llaves del reino”, que Pedro recibió relacionados con su declaración a los Judíos en el Día de Pentecostés y posteriormente a Cornelio en nombre de los gentiles, en relación con el Plan de Dios para invitar a las personas de la familia humana a convertirse en miembros de la novia de Cristo (Mateo 16:18,19; Hechos 10:34-48).
La comisión de Pedro, que todo lo que ate en la tierra sería atado en los cielos y todo lo que desatare en la tierra debía ser desatado en el cielo, fue una afirmación que al igual que los otros apóstoles, fueron autorizados por el espíritu infalible de Dios con respecto a sus enseñanzas (Mateo 18:18).
Este capítulo se cierra con la descripción de Cristo y lo que constituye el verdadero discipulado. “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” – Mateo 16:24-27.
Vamos a estar inspirados por estas admoniciones del Maestro a fin de que podamos seguir fielmente a nuestro propósito de cristianos en el camino angosto, siendo instrumentos de bendición para la humanidad, en cumplimiento del propósito eterno de Dios.