ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA

Lección para 10 de abril

La Alabanza Nos Edifica

Versículo Clave: “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”
– Judas 24-25

Escritura Seleccionada:
Judas 17-25

EN SU EPÍSTOLA, JUDAS describe las condiciones que pertenecen a nuestro día. “En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.” (Judas 18-19) Está en medio de tales malas condiciones que el pueblo realmente consagrado al Señor vive hoy. Judas nos recuerda que la mano de Dios está todavía con su pueblo hasta en medio de tal maldad, y por lo tanto debemos seguir el trabajo de edificarnos “sobre nuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo.” —Judas 20

Tres cosas importantes se indican en el versículo citado arriba. Primero, tenemos una estructura fundamental de la fe, centrada en Jesús, la roca de nuestra salvación. Segundo, debemos construir sobre esta fundación. El pensamiento no es que cada uno de nosotros construya individualmente, aunque cada uno de nosotros individualmente debiera hacer firme nuestra vocación y elección, sino que el pensamiento es que juntos como el cuerpo de Cristo edificamos el uno al otro. Hacemos esto por reunirnos y estudiar juntos, teniendo cuenta de las experiencias de cada uno y ayudando el uno al otro con éstas, y siendo ejemplos el uno para el otro. Tercero, el versículo citado arriba señala la importancia de la oración. “Orando en el Espíritu Santo” simplemente significa que nuestras oraciones deben estar basadas siempre en el deseo de someternos al poder guiador del Espíritu Santo de Dios, “Hágase tu voluntad.” —Mat 6:10

“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.” (Judas 21) Otra responsabilidad importante del pueblo del Señor durante este tiempo malévolo es mantenernos en el amor de Dios. Jesús, profetizando acerca de nuestro día declaró, “Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” (Mat. 24:12) Una de las maneras en la cual debemos guardarnos en el amor de Dios es demostrar constantemente a otros este rasgo de carácter. “Tengan compasión de los que dudan,” dice Judas (versículo 22, NVI). Aun en un mundo tan mal debemos tener compasión por otros porque ellos han sido víctimas de los malos deseos y obras de Satanás. Debemos recordar que “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito.” —Juan 3:16

Nuestros Versículos Claves nos recuerdan que puesto que vivimos en una época tan malévola estamos propensos a caernos si estamos abandonados a nuestros propios recursos. Dios, sin embargo, es capaz de mantenernos rectos en este camino angosto. De hecho, podemos presentarnos sin mancha delante de Dios, pero sólo por el mérito de la sangre de Jesús y el manto de su justicia. No obstante, si seguimos en esta misma condición y bordamos nuestras prendas con los frutos y las gracias del Espíritu Santo, resultará que seamos acompañados “con gran alegría ante su gloriosa presencia.” —Judas 24

Siguiendo los Versículos Claves, Judas termina su epístola con un reconocimiento de la “gloria y majestad, imperio y potencia,” de nuestro Padre Celestial. En este versículo, Dios se reconoce como nuestro Salvador, no que él fuera la misma persona que Jesús, sino que este gran plan de salvación para el hombre era “del” designio del Padre, y se realizaría “por” la fidelidad del Hijo. —1 Cor. 8:6



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