ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA |
Lección para 7 de abril
El Señor se le Aparece
Versículo Clave: “y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.” Escritura Seleccionada: |
EL CAPÍTULO 24 de Lucas detalla la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y sus diferentes apariciones a aquellos a quienes El ministró durante su vida terrena. En los versículos 1-10, leímos que dos ángeles, apareciendo como hombres de brillante prendas de vestir, hablaron a María Magdalena, Juana, y María madre de Jacobo en la puerta del sepulcro, diciendo: “Él no es aquí, pero ha resucitado.” (vs. 6) Poco después de esto, Pedro llegó al sepulcro, y encontrándolo vacío, se marchó, “maravillándose de los que había sucedido.” (vs. 12) El Señor resucitado más tarde se encontró a dos de los discípulos caminando hacia Emaús. Después de comprobar cuán tristes estaban porque su Maestro había muerto, él les habló, y “empezando por Moisés y todos los profetas, Él les declaró en todas las Escrituras lo que se refería a él.” –vs. a 27
Al mismo tiempo que apareció después de su resurrección a muchos de sus seguidores (véase I Cor. 15:6), Jesús era especialmente consciente de establecer con claridad el hecho de su resurrección a sus once apóstoles escogidos. Ellos estaban siendo preparados como sus testigos especiales para dar testimonio a toda la iglesia de la verdad sobre su muerte y resurrección. Antes de su muerte, se les había dado el testimonio de los profetas acerca de él, diciendo, “Ellos le azotarán y le matarán: más al tercer día resucitará otra vez.” –Lucas 18:33
Jesús sabía que los profetas no sólo habían declarado las glorias venideras que serían suyas, sino también los sufrimientos y la muerte, que tendría que experimentar antes de Su resurrección y glorificación. Se nos dice en Jeremías 11:19, “YO era como un cordero … que es llevado al sacrificio.” Jesús voluntariamente, como un cordero, se ofreció asi mismo como un sacrificio por el pecado Adámico del mundo (Juan 1:29) Él fue “obediente hasta la muerte, aun la muerte de la cruz.” –Fil. 2:8
La mejor oferta animal no podía quitar el pecado. Un hombre perfecto había pecado, y sólo un hombre perfecto de -Jesús- podía redimir al pecador: “en sacrificio y ofrenda no te deleitaste; estos oídos míos los abriste. Ofrenda quemada y ofrenda por el pecado no pediste. En vista de eso, dije: aquí he venido, en el rollo del libro está escrito de mí. Me he deleitado en hacer tu voluntad, oh mi Dios.” (Salmo 40:6-8) Nuestro Señor hizo un pacto de sacrificio y sufrimiento a la edad de treinta años cuando se ofreció a sí mismo como el novillo antitípico de la expiación. Estas palabras, “el volumen del libro”, hacen referencia a los “libros” de la ley y los profetas. Estos libros anunciaron, a través de diversos tipos y sombras, su muerte y resurrección.
Cuando Jesús se apareció a sus discípulos después de su resurrección, las palabras que Él habló a ellos fueron diseñadas para recordarles que esas cosas que había declarado de sí mismo eran aun ciertas, como su afirmación: “Yo soy la luz del mundo.” (Juan 8:12) Él también continuó dándoles palabras de consuelo y seguridad, “La paz sea con ustedes” (Lucas 24:36), y se dice que “abrió … su entendimiento.” (vs. 45) La Importancia de sus palabras obligarían más tarde al Apóstol Pablo a decirnos, “cumplan la ley de Cristo.” –Gal. 6:2