ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA BIBLIA |
Lección para 14 de abril
El Espíritu Santo Viene
Versículo Clave: “Ellos fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, así como el Espíritu les concedía expresarse.” Escritura Seleccionada: |
LA GENERACIÓN de energía del Espíritu Santo en los miembros de la Iglesia primitiva fue indicado por dones milagrosos. Esto fue permitido con el propósito de indicar especialmente que esto no era menos que la obra de Dios a través de su hijo Jesús resucitado. La entrega del Espíritu Santo había sido prometida por nuestro Señor Jesús a sus discípulos: “YO le pediré al Padre, y él les concederá otro ayudante, que esté con ustedes para siempre; aun el Espíritu de la verdad, al cual el mundo no puede recibir.” –Juan 14:16, 17
Cuando el Espíritu Santo vino a ellos mientras estaban reunidos en el “día de Pentecostés” (Hch. 2:1). Hubo un “estruendo del cielo como de un recio viento, que llenó toda la casa donde estaban sentados.” (vs. 2) Nuestro versículo clave dice que los que estaban reunidos en la habitación superior fueron “llenos del Espíritu Santo.”
La elección del sonido de un viento impetuoso como un símbolo del poder y la influencia del Espíritu Santo fue con el fin de llamar a la atención de los Apóstoles. Fue, de hecho, un símbolo apropiado. La palabra “espíritu” es traducida de la palabra griega pneuma, que significa aliento o viento. Esto no significa que el Espíritu Santo es simplemente aire o viento, pero como aire o viento, es emblemático del gran poder invisible de Dios.
Nuestro versículo clave también dice que cuando el Espíritu Santo vino sobre reunidos allí, los once Apóstoles elegidos “comenzaron a hablar en otras lenguas.” Este don, dado a los apóstoles, sirvió como un testimonio a todos los judíos se reunieron en Jerusalén de todas las naciones del mundo. El milagro fue en el hecho de que el habla de los apóstoles permitió a las personas de todas las lenguas escuchar sus palabras en su propia lengua nativa. –vss. 5-8
En este período de inicio de la Edad del Evangelio, los milagros fueron empleados para demostrar la gloria de Dios. Jesús había sanado a los enfermos y resucitó a los muertos. Los apóstoles hicieron lo mismo, como símbolo de la gran obra de la venida del reino de Cristo. Después de que los apóstoles se quedaron dormidos en la muerte, estos dones milagrosos terminaron, su propósito fue cumplido. En consecuencia, la gente del señor ha sido llamada a “caminar por la fe”, (II Cor. 5:7) y para ser testigos de Jesús. Los que han proclamado el “evangelio de Cristo”, que, como afirma Pablo, “Es el poder de Dios para salvación.” –Rom 1:16
El nacimiento del Espíritu Santo en el caso de un individuo Cristiano tiene el propósito de ayudar con la transformación de su carácter de la naturaleza humana caída, a la de una “nueva criatura”, la nueva mente o voluntad: “Permitid que este pensamiento esté en ustedes, el cual también se encontraba en Cristo Jesús.” (Filipenses 2:5) Se nos dice en II Corintios 8:12 ser “de mente dispuesta.”
Otro beneficio importante del engendramiento del Espíritu Santo nos es dado con estas palabras: “Bendito son sus ojos, para que vean: y las orejas, para que oigan”. (Mat. 13:16) Esto nos muestra que tenemos la oportunidad de entender cosas que son sólo para los llamados del Padre celestial, verdaderos discípulos de su hijo. “Dios se ha revelado a nosotros mediante su espíritu: porque el Espíritu escudriña todas las cosas, hasta las cosas profundas de Dios”. (I Cor. 2:10) entendemos estas “cosas profundas” que se nos ha sido enseñadas por el Señor Jesús y los apóstoles, a través del consolador prometido, el Espíritu Santo.