EVENTOS SOBRESALIENTES DEL ALBA

Y Dios descansó- ¿Por qué?

“En el séptimo día Dios terminó su obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que hizo.”
— Génesis 2:2 —

EL PRIMER texto dice que Dios descansó en el séptimo día” de la creación. En el Nuevo Testamento, el Apóstol Pablo dice que Dios sigue descansando. (Heb. 4:3-11) Como nuestro título pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué Dios está descansando cuando el mundo está tan necesitado de su ayuda? ¿Por qué la Biblia pinta un cuadro de Dios en medio de un mundo que parece haber sido olvidado por El y que yace tan lejos de su original estado creado? El razonamiento lógico nos diría que, ahora más que nunca, si hay un Dios amoroso que esté interesado en la tierra y sus seres creados que habitan en ella, él debería estar trabajando para resolver los innumerables problemas de este mundo y no descansando.

No es necesario recordar a nuestros lectores todos los problemas generalizados que existen en el mundo actual y de que no se suponga que un todopoderoso y amoroso Dios estaría “descansando.” Sin embargo, si nos vemos inclinados a pensar de manera diferente, es importante mantener ante los ojos de nuestro entendimiento, las abundantes pruebas que inequívocamente indican que no sólo hay muchos problemas en el mundo, sino que han aumentado de manera espectacular en las últimas décadas. Asumir lo contrario, que los problemas del hombre están disminuyendo, o que no son más que en los siglos pasados o edades, sería como si estuviéramos ciegos a la información fácilmente disponible y documentada por muchos académicos destacados.

¿CUÁNTOS PROBLEMAS?

Una de las fuentes de información sobre los problemas del mundo es una monumental obra iniciada hace más de cuarenta años titulado Enciclopedia de los problemas del mundo y el Potencial Humano, publicado por la Unión de Asociaciones Internacionales (UAI), bajo la dirección de Anthony Judge. Está disponible en una colección de tres tomos, un libro de tres mil páginas, un CD-ROM, y también en línea. La Enciclopedia se inició en 1972, con la primera edición, publicada en 1976. Desde entonces, se han publicado ediciones actualizadas en 1986, 1991, 1994-95, y una edición en línea se publicó en 2000. Un proyecto de remodelación y rediseño de la enciclopedia online se ha previsto lanzar más adelante en 2013 bajo la dirección de la UIA.

Algo de especial interés para nosotros, es que en las distintas ediciones de la Enciclopedia que se han publicado, ha habido un enorme incremento en el número de problemas mundiales identificados y documentados que se han enumerado. En la edición original de 1976, se identificaron 7.444 problemas. En la edición en línea en 2000, se identificaron 56.564 problemas, esto es un incremento de casi ocho veces en menos de veinte y cinco años. Uno sólo puede imaginar lo que ese número podría ser hoy, a raíz de los acontecimientos en el mundo durante los últimos trece años.

Los problemas enumerados en la Enciclopedia abarcan toda gama de experiencias actuales del hombre aquí en la tierra. Un simple vistazo identifica problemas relacionados con la guerra; la injusticia social; la degradación del medio ambiente; el sufrimiento; crueldad a los animales; las enfermedades—humanas, animales y vegetales; las epidemias; los virus; la delincuencia; el terrorismo; las especies amenazadas; la economía; el libre comercio; el clima; la mano de obra; el nacionalismo; la familia; las cuestiones raciales y étnicas, la religión, y muchos, muchos otros. Dentro de todos estos son cientos, si no miles, los problemas identificados de forma específica que actualmente afectan a una porción de la vida del hombre en este mundo.

No podemos estar seguros si la Enciclopedia proporciona una representación precisa, en números o por descripción específica, de los problemas que enfrenta el mundo del siglo XXI, Algunos sostienen que estos números están inflados, mientras que otros pueden afirmar que están infravalorados. Independientemente de la exactitud de los números, o incluso la validez de cada uno de los problemas identificados, dos puntos citados al comienzo de este artículo son claramente reforzados por los datos mencionados. En primer lugar, los problemas en el mundo de hoy son muchos y variados, tocando casi todos los aspectos de la existencia humana de alguna manera, o forma. En segundo lugar, es evidente que los problemas del mundo están aumentando, no disminuyendo.

Una vez más, planteamos estas preguntas que nos invitan a razonar: Si creemos en un Dios que realmente se preocupa de la tierra, y de la creación que habita en ella (sea esta la humana, animal o vegetal), y de la cual la Biblia dice que él la creó y la consideró “muy buena”, ¿por qué dice la Biblia que ha estado “descansando” por miles de años? ¿Qué quieren decir estas declaraciones de las Escrituras que dicen que Dios está descansando?

¿Se interesa Dios por la tierra y sus habitantes? ¿Cuál es el destino final de la tierra, y el hombre? Para la mente racional, estas preguntas merecen una respuesta. Para aquellos que desean mantener su fe en un Dios amoroso y omnisapiente, debemos buscar en su Palabra y “escudriñar las escrituras” a fin de obtener explicaciones satisfactorias y razonables. Es nuestra esperanza de que los estudiantes sinceros de la Biblia sean consolados, y llenos de gozo por el análisis sobre este tema aquí presentado.

BASE BÍBLICA

No sólo las Escrituras nos dicen que Dios terminó su trabajo creativo en el sexto día (época, o el espacio de tiempo), sino que, como ya se señaló, que descansó en el séptimo día. No podemos concebir de Dios que estuviera cansado y necesitara descansar. De hecho, la Biblia declara que no lo necesita: “¿No has conocido? ¿No has oído, que el Dios eterno, Señor, creador de los confines de la tierra, no desfallece, ni se fatiga con cansancio?” (Isa. 40:28) El descanso de Dios en el séptimo día creativo por lo tanto, debe haber tenido algún otro significado que el de recuperarse del cansancio.

Hebreos 4:10 dice, “ Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. “El punto obvio de este versículo y del contexto que lo rodea es que un cristiano cese de todos los intentos de alcanzar la vida a través de sus propios esfuerzos y acepte en su lugar la vida que se fue dada a él a través de Cristo. Esta es la provisión de Dios, que dio a su Hijo para que fuera el Redentor del hombre con la promesa de que “todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

En Isaías 45:18, leemos que Dios creó la tierra, no en vano, sino para que fuera habitada. Está claro que no fue el propósito del Creador que la tierra está habitada por una raza moribunda, sino por una llena de vida. La muerte vino a la raza humana a causa de su desobediencia a la ley divina, pero esto no frustró el propósito divino tocante a la creación del hombre. Dios cesó su participación activa en el plan creativo y comisionó a su Hijo amado para que este lo lleve a cabo hasta completarlo.

Por lo tanto, al igual que dependemos de Jesús para la vida, Dios depende de él para dar vida. Es decir, que Dios ha autorizado a Jesús, su Hijo unigénito, para llevar a cabo este plan hasta llegar una gloriosa mañana de la perfección, el cual fue su plan original para que este planeta estuviera lleno de seres humanos a su imagen, merecedores de vivir para siempre.

Cuando Jesús estuvo en la tierra, sus enemigos lo condenaron y le persiguieron porque él curó a los enfermos en el día del sábado. Jesús les señaló que las obras de misericordia que hacía en el día del sábado estaban permitidas en la ley dada a los Israelitas por Dios. Respecto a este tipo de trabajo, Jesús dijo, “Mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.” (Juan 5:17) Aunque la tarea de restaurar la raza humana fue asignada a Jesús por el Creador, el aún está interesado y es el responsable de esta obra.

Concerniente a esto, Jesús dijo, “El Padre que mora en mí, él hace las obras.” (Juan 14:10) Esto, sin embargo, no está fuera de armonía con la declaración de que Dios descansó en el séptimo día. Su trabajo en favor del hombre, que se está llevando a cabo a través de Jesús, es una obra de misericordia. Todo su plan para la recuperación de la raza humana refleja su amor y su misericordia y por lo tanto, es una obra de misericordia de Dios, pero no uno de creación, el cual él dejó, o del cual este descansando.

OBEDIENCIA DESARROLLADA

Las Escrituras notan el ascenso, y la secuencia progresiva del trabajo creativo durante los seis días, o edades, y es natural esperar que la labor de la séptima edad sea más maravillosa que las anteriores. La labor de los seis primeros días tenía que ver en gran parte con la creación de las cosas materiales y los seres de la tierra, mientras la séptima se caracteriza principalmente por el hecho de que representa un desarrollo de la mente y la conciencia a través de un proceso de educación de los seres humanos ya creados.

Detrás de cada cosa material, y responsable de la misma, es el pensamiento y la visión mental. Tal como nuestro automóvil representa los pensamientos de su diseñador así mismo el universo representa los pensamientos de Dios. La obediencia constante de las estrellas a la ley divina es el resultado de pensamientos de Dios quien diseñó los mecanismos y procesos que hacen valer su ley.

En la mente del Creador, estuvo la idea de llenar esta tierra de una raza de seres que obedezcan su ley por elección inteligente. Estos seres humanos han sido creados a su imagen. Fueron creados con la capacidad de pensar cosas por sí mismos y para llegar a conclusiones definitivas y satisfactorias.

Sin embargo, la razón plantea esta pregunta. ¿Cómo podría el Creador estar seguro de que seres dotados de esos poderes pudieran tomar decisiones que estuvieran de acuerdo con su voluntad a menos que el controlara arbitrariamente sus pensamientos? El sabía que esto se podría lograr mediante darles conocimiento, por lo que les permitió conocer no solo el bien y el mal, sino que también les permitió aprender por su experiencia y por el libre albedrío, que sus leyes son correctas, justas y buenas.

Dios previó que para que la entera raza pudiera ser educada, se necesitaría todo el período del séptimo día creativo. Por lo tanto, después de crear la primera pareja perfecta, y darles su ley, descansó, mientras que su Hijo amado, el representante nombrado por él, está capacitado para llevar a cabo el plan divino de educación a través del juicio, redención y restauración de los caídos.

EL PLAN PARA EL SÉPTIMO DÍA

Con respecto a los seis días creativos, las Escrituras nos informan de que es el Espíritu Santo o el poder de Dios que ha funcionado para llevar a cabo el propósito divino concerniente a ellos. Lo mismo es cierto del séptimo día. La diferencia es que durante los otros seis días, fue en gran medida el poder mecánico de Dios, mientras que en el séptimo día el principal objetivo es alcanzado por el poder y la influencia del pensamiento de Dios y los planes que reflejan su voluntad. Durante el séptimo día creativo, los planes de Dios son ejecutados a través de su Hijo, Cristo Jesús.

La suma total de los pensamientos de Dios concerniente a la creación de la raza humana puede ser llamada el plan divino. Porque este plan implica redención y también recuperación de la muerte, es un plan de salvación. Por eso, después de asegurarnos que la tierra no fue creada en vano, sino para ser habitada, Dios declara, “ Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra…” (Isa. 45:18,22) Dios, entonces, delinea las condiciones para poder obtener la salvación de la muerte, diciendo: “Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.” –vs. 23

Aquí hemos hecho hincapié en la idea de la obediencia a Dios y de que la tierra debe ser habitada por aquellos que han aprendido a doblar las rodillas en absoluta fidelidad a él. También es claro que esto se logra por medio de la salvación al ser salvos o ser recuperados, de la muerte. Mientras que Dios simplemente declara que es su Palabra la que cumpla su propósito, el Apóstol San Pablo, citando este pasaje, muestra que su Palabra se cumplió a través de Cristo. –Phil. 2:10, 11

Sólo unos pocos versículos en el primer capítulo del Génesis están dedicados a la labor de los primeros seis días de la creación, pero, toda la Biblia, comenzando con el segundo capítulo, está dedicada a la labor creativa del séptimo día. En ella se describe en su totalidad, el plan de Dios, y detrás de cada una de las fases, está la expresión de la ley divina. Algunos miembros de la raza caída están invitados a cooperar en la implementación del plan, pero sólo con la condición de absoluta entrega de sus voluntades para hacer la voluntad de Dios.

Dios declara que esta Palabra ha salido “en rectitud.” Y eso es cierto. Todos los requisitos suyos son justos y están diseñados para infundir en los que obedecen no sólo el principio de la obediencia, sino también las gloriosas cualidades de carácter poseídas por el Creador Todopoderoso al cual ellos obedecen. Esto conduce a los obedientes al punto de vista del amor en contraste con el egoísmo. Aprenden que el secreto de la verdadera felicidad es el de la obediencia a la ley divina y que la verdadera obediencia conduce al altruismo, en que la gloria de Dios y el bienestar de los demás son puestas ante sus propios intereses.

LA BIBLIA ES ARMONIOSA

El resumen del plan de Dios que ofrecen las Escrituras para el séptimo día creativo es coherente y armonioso desde el principio hasta el fin. En los capítulos iniciales de la Biblia, se nos habla de la creación original del hombre, de su desobediencia a la ley divina y de la resultante pérdida de su vida. En los capítulos finales, se nos habla de la recuperación del hombre sobre la base de la obediencia a la ley de Dios, simbolizado por los libros “abiertos” de Apocalipsis 20:12. Después de la reconfortante promesa de que la muerte no será, leemos, “El que sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.” –Apoc. 21:4, 5

La labor de hacer “todas las cosas nuevas” mencionadas por Juan el revelador es descrita por Jesús como “regeneración” (Mat. 19:28), y por Pedro como “restauración.” (Hechos 3:19) Independientemente de la terminología utilizada, este trabajo logrará la realización del plan original de Dios para la creación, así como la realización de los trabajos creativos del séptimo día.

Con pocas excepciones, la gente en general no se ha percatado aún el significado de las experiencias a través de las cuales han pasado, y no las entenderá hasta que sean esclarecidas durante las horas de la mañana de este último día creativo. Al igual que con los otros días creativos, el séptimo también comenzó con una “noche” oscura, tan oscura que el profeta se refiere a ella como “la noche”, diciendo que, si bien “por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría. “ (Sal. 30:5) Damos gracias a Dios por que tiene que haber una mañana, la realización del séptimo día creativo, en el cual se encuentra el hombre completamente iluminado sobre el sentido de la larga noche de llanto por medio del cual él ha pasado.

La muerte vino a través de Adán, y la vida viene por medio de Cristo, sobre la base de su muerte sacrificial. Los críticos modernos han descartado la idea de que un sacrificio de sustitución o de rescate sea necesario para la salvación, pero sólo la falta de una reflexión cuidadosa podría causar que alguien tenga este punto de vista. La mente humana, incluso en su condición caída, contiene algunos restos del estado original semejante a Dios, considera que el mayor ejemplo de la verdadera nobleza de carácter y de amor genuino es el deseo de alguien de dar su vida por otro.

Glorificamos aquellos que dan su vida por su país. Cantamos las alabanzas de uno que esté dispuesto a sumergirse en el océano, o enfrentarse a otros peligros, para salvar a un amigo poniendo en el riesgo de su propia vida. Honramos a los que desinteresadamente dan su tiempo y sus fuerzas para el mejoramiento de la raza humana en los campos de la ciencia y la medicina. Entonces, ¿por qué debemos huir de la mayor exhibición de amor de todos los tiempos, llamándolo sangriento y repugnante?

De hecho, dar la vida por otro exhibe la calidad del amor. En el plan divino, el Creador dio a su hijo la oportunidad de morir como sacrificio, no para salvar a una sola persona, sino en la salvación del uno para salvar a toda la raza. Jesús aceptó la oportunidad, voluntariamente tomando sobre sí la pena de muerte que cayó sobre Adán. En la balanza de la justicia divina, el amor, por lo tanto, saldó la cuenta, lo que hace posible que todos los que han muerto a causa del pecado que Adán cometió, vuelvan a la vida por medio de Cristo, el “último Adán.” –1 Cor. 15:45

En consecuencia, en el “mañana” del séptimo día creativo, cuando los tonos oscuros de la anterior “noche” se hallan disipado, el mundo aprenderá que Dios, su Creador, los ama, y que dio a su Hijo para morir por ellos. También van a aprender que el Hijo de Dios voluntariamente sacrificó su vida, porque él, también, los amó.

De ese momento, el profeta declara que el conocimiento de la gloria de Dios llenará la tierra como las aguas cubren el mar. (Isa. 11:9; Hab. 2:14) Cuando Adán fue creado, sabía algo de la gloria de Dios. Sin experiencia personal, sin embargo, no poseía la profundidad de los conocimientos que la humanidad obtendrá durante la mañana del séptimo día creativo, y las enseñanzas de sus seis mil años de experiencia con el pecado y sus resultados. Ese abundante conocimiento profundo de los planes de Dios, hará que todos los individuos de la raza humana puedan tomar decisiones de forma más sabia que Adán. Entonces, despertado del sueño de la muerte, el mismo Adán será mucho mejor equipado para afrontar la cuestión de la obediencia o desobediencia.

Pedro declara (Hechos 3:23) que “toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo”. Lo contrario es también cierto. Aquellos que obedecen no serán destruidos, pero seguirán viviendo para siempre. Jesús establece este hecho aún más convincentemente, cuando declara que aquellos que entonces obedecen la ley divina obtendrán vida eterna, y que también heredarán el reino preparado para ellos desde la fundación del mundo. –Mat. 25:34, 46

A continuación, el propósito divino sobre el hombre será plenamente cumplido. No el de un sólo hombre, sino que toda la raza creada en Adán será hecha a la imagen de Dios y serán los reyes de la tierra. La tierra será subyugada como Dios ordenó, y será un verdadero jardín como la muestra que le preparó al hombre en el Edén. Si hay una minoría que, después de obtener pleno conocimiento, elige a desobedecer la ley de Dios, entonces serán destruidos porque la tierra será habitada sólo por los obedientes.

Estos estarán libres de enfermedad y muerte. Todas las lágrimas se han sido borradas y la alegría desbordante brotará en todas partes. Los miles y miles de problemas a que se enfrentan en la actualidad la humanidad se resolverán a través de la perfecta administración del reino de Cristo, y todo el arreglo de la salvación del hombre y la recuperación han sido organizado por el gran Dios del universo. Verdaderamente, el hombre, se dará cuenta que Dios no se ha cansado, y que tampoco ha sido indiferente hacia su creación, sino que ha estado “descansando” con la seguridad de que su plan divino para la salvación del hombre se completará en gloriosa perfección. A continuación, puede ser registrado en el libro de registro eterno de Dios de obras creativas que “fue la tarde y la mañana el séptimo día.”



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba