EVENTOS SOBRESALIENTES DEL ALBA

1914 – 2014
Un Siglo de Cambios Sin Precedentes

“Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.” —Mateo 24:21,22

AL COMENZAR un nuevo año, 2014 promete ser uno de continua aflicción e incertidumbre en todo el mundo. Jefes de estado, embajadores y líderes de las naciones seguirán buscando la manera de aliviar las tensiones y resolver los problemas de todo tipo que agarren a los pueblos de todos los países. Los problemas y los desafíos que enfrentan al mundo en 2014 son en realidad tan diversos y complejos como la propia población. Las cuestiones políticas, sociales, morales, religiosas, económicas, y ambientales de todo tipo imaginable hoy azotan a la humanidad.

Agravando la dificultad de tratar con estos es que muchos de los problemas del mundo de hoy están interrelacionados. Por ejemplo, los intentos de resolver los conflictos políticos en el mundo muchas veces tienen ramificaciones en los asuntos tanto religiosos como económicos. Tratando con los problemas sociales que enfrentan hoy a la humanidad tiene una relación directa con los muchos y difíciles problemas morales en la sociedad actual y los puntos de vista muy diversos, pero firmemente sostenidos al respecto entre las personas. Los intentos de resolver los múltiples problemas ambientales en el mundo de hoy claramente tienen significantes efectos políticos y económicos.

Otro efecto acumulativo de los problemas de hoy se refiere a la disponibilidad de la información y de la comunicación. En el mundo de 2014, la posibilidad de obtener información y comunicarse con otros es instantánea casi por toda la tierra. Como resultado, los problemas que enfrentan aun a tan sólo una pequeña parte del mundo inmediatamente reciben atención al nivel mundial y tienen repercusiones que nunca existían en épocas anteriores, incluso en fechas tan recientes como el comienzo del siglo 21.

HACE CIEN AÑOS

Este año se cumplen cien años desde el estallido de la I Guerra Mundial. Esto da lugar a reflexiones sobre lo que ha tenido lugar en todo el mundo durante estos cien años. No cabe duda de que los cambios que se han producido en el mundo desde 1914 a 2014 son sin precedentes en comparación con cualquier otro período de cien años en la historia de la humanidad. A esto se añade la observación de que el mundo que existía antes de 1914, que en muchos sentidos había cambiado muy poco a lo largo de los siglos, ahora es prácticamente irreconocible.

Con la excepción de los Estados Unidos, el mundo de hace un siglo era en gran medida uno de grandes imperios, con el Imperio Británico siendo el mayor de todos ellos. Alemania, Francia, Bélgica, los Países Bajos, Italia y Turquía también tenían sus posesiones coloniales. El continente africano ofrece un excelente ejemplo de cómo esto ha cambiado. En 1914, África sólo tenía dos países independientes—Etiopía y Liberia. El resto del continente era gobernado totalmente por varias naciones europeas. Hoy, África está compuesta de 55 naciones independientes, un número superior al de cualquier otro continente, y casi el 30% del número total de naciones soberanas en la tierra.

Por el contrario, el continente europeo ha experimentado una tendencia opuesta en los últimos cien años. En 1914, los países de Europa comprendían un 50% del número total de naciones independientes en el mundo. En 2014, comprenden sólo el 23% del total mundial. En 1914, Europa dominaba al mundo con el 25% de la población total de la tierra. En 2014, la población de Europa representa sólo un 10% del total mundial.

Las poderosas potencias coloniales de 1914 estaban gobernadas por reyes, emperadores y zares. Con la excepción de Gran Bretaña y los Estados Unidos, el pueblo casi no tenía voz en los asuntos del gobierno. Donde los parlamentos o los congresos existían, funcionaban principalmente como “sellos de goma” de los gobernadores dictatoriales y déspotas.

En el momento del estallido de la Primera Guerra Mundial, la población de los Estados Unidos era de aproximadamente 90 millones de personas, y esta nación estaba muy lejos de ser la nación principal de la tierra como la es hoy en día con una población de más de 317 millones. Sin embargo, los Estados Unidos sí desempeñaron un papel importante en ayudar a derrotar a Alemania en aquella primera guerra, trayéndola a su fin. Esto también es válido en lo que respecta a la Segunda Guerra Mundial. El papel de los Estados Unidos en estos dos grandes conflictos en gran medida los llevó a la delantera como una superpotencia mundial.

Después de la Segunda Guerra Mundial, cambios rápidos comenzaron a desarrollarse en el viejo mundo europeo. Hubo la toma de poder comunista en Rusia, y la subida de los dictadores como Hitler en Alemania y Mussolini en Italia. Zares y emperadores se habían ido, y aunque valientes esfuerzos se emprendieron para establecer una república en Alemania, la forma democrática de gobierno pronto sucumbió al acenso de poder de Hitler. A su debido tiempo Hitler y Mussolini unieron las fuerzas, aparentemente para luchar contra el comunismo, pero en realidad para traer al mundo entero bajo el control de la dictadura nazi-fascista.

Mientras tanto, Gran Bretaña y los Estados Unidos estaban ayudando a armar a Alemania contra los ataques de Rusia, sólo para descubrir más tarde, para su horror, que las armas se utilizaban contra los que las suministraron. A pesar de todos los esfuerzos de los Estados Unidos y Gran Bretaña, en 1939 estalló la segunda Guerra Mundial. Uno de los eslóganes que se usaba en batalla para animar a los soldados y otros en la primera Guerra Mundial era que “era una guerra para poner fin a las guerras”, pero en este sentido la guerra de 1914-1918 fue un fracaso estrepitoso. El mundo no sólo atestiguó la más devastadora de todas las guerras que comenzó en 1939, sino que otros conflictos armados se han llevado a cabo en uno o más países desde entonces. Según estadísticas recientes, un total de 150 guerras—algunas grandes y otras de una escala menor—han tenido lugar o siguen ocurriendo desde el final de la II Guerra Mundial en 1945.

LOS CAMBIOS EN LA GUERRA

Hace cien años, la primera Guerra Mundial fue peleada en gran medida por soldados que enfrentaban a otros soldados, a través de trincheras a veces, y a veces en campos abiertos. Este tipo de guerra se practica menos hoy en día. En naciones más avanzadas, como los Estados Unidos, los soldados aún portan las armas, pero muchas de las principales “batallas” ya se están luchando remotamente por el uso de la tecnología informática. Esta tecnología es capaz de detectar objetivos específicos de gran distancia, y de forma remota ejecutar el lanzamiento de cohetes, y guiarlos para alcanzar los objetivos precisamente—todo ello sin un solo soldado poniendo un pie en el “campo de batalla.”

Después de la Segunda Guerra Mundial y durante varias décadas a partir de entonces, el mayor temor en cuanto a los conflictos armados era la posibilidad de una guerra a gran escala con armas nucleares. De hecho, las dos grandes superpotencias de la época lucharon en una “guerra fría” de amenazas, propaganda y retórica, cada uno sabiendo que ambos tenían arsenales nucleares suficientes para destruir toda la población de la tierra muchas veces. Sin embargo, cuando la guerra fría terminó con la caída y la desintegración de la Unión Soviética, ahora casi un cuarto de siglo atrás, se disminuyeron esos temores. De hecho, las superpotencias han dedicado mucho tiempo y esfuerzo en los años desde entonces para desmantelar conjuntamente sus arsenales de armas nucleares. Tal vez es irónico que hoy, en 2014, los mayores temores con respecto a las armas nucleares no sean de las que quedan en manos de las superpotencias, sino de las de los estados parias, como Irán y Corea del Norte.

El miedo asociado con los combates cara a cara de la Primera Guerra Mundial, los miles y miles de bombas durante la II Guerra Mundial, y la amenaza de un holocausto nuclear durante la guerra fría, han sido reemplazados durante los primeros años del siglo 21 por el temor y la realidad de un nuevo tipo de guerra insidiosa—el terrorismo. Como hemos visto con nuestros propios ojos, la guerra y los horrores del terrorismo son únicos en muchos sentidos. A pesar de que las armas pueden incluir las pistolas, las ametralladoras, etc., cualquier cosa que causa destrucción generalizada o la pérdida de la vida es también un arma de elección, ya sea aviones utilizados como bombas explosivas; automóviles con dispositivos explosivos; hombres, mujeres y hasta niños actuando como terroristas suicidas; o rudimentarios, pero eficaces dispositivos explosivos improvisados (IED’s).

Otra característica única del terrorismo es que típicamente no envuelve un objetivo militar ni busca objetivos militares. Más bien, tiene como blanco los civiles inocentes, e intenta provocar tantas muertes, lesiones y alteraciones de la sociedad en la medida posible. Además, el terrorismo infunde gran temor en el hombre porque los que perpetran tales guerras no tienen ninguna consideración por la vida humana. Sin duda, no tienen valor por las vidas de sus enemigos percibidos, ni tienen respeto por las vidas de su propio pueblo, familias, o por sí mismos. Están dispuestos a matar y morir con el fin de seguir haciendo la guerra.

LOS CAMBIOS ECONÓMICOS

El ascenso de los Estados Unidos con estatus de superpotencia durante los últimos cien años no se ha llevado a cabo sin graves consecuencias económicas. La Gran Depresión de la década de 1930 tuvo consecuencias desastrosas para millones de personas, y es probable que hubiera durado mucho más, de no haber sido por los acontecimientos que llevaron al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Mucho más recientemente, ¿quién puede olvidar el casi colapso financiero de los sistemas monetarios del mundo en el otoño de 2008, y el consiguiente “Gran Recesión” que lo siguió? Billones de dólares en las cuentas 401(k), acciones de bienes raíces, y las inversiones en acciones se perdieron en cuestión de semanas.

Veamos algunas comparaciones de hoy con 1914. El total de la deuda nacional de los Estados Unidos en 1914 era un poco más de 1 mil millones de dólares. En 2014, se prevé que aumente a $18,2 billones de dólares. Para poner esto en lenguaje más comprensible, el total de su deuda nacional para 2014 será 18.200 veces más de lo que era hace cien años, un asombroso aumento de cualquier medida. El poder de compra del dólar de los Estados Unidos ahora, en comparación con el de 1914, es un poco más de cuatro centavos.

Mientras que hace cien años sólo un pequeño porcentaje de la gente de este país caía en la tentación de las compras a crédito, ahora es la regla general. Todo el país yace en una aparentemente interminable oferta de crédito. Según estadísticas recientes, el total de la deuda de los consumidores en los Estados Unidos es actualmente más de 11 billones de dólares, y está aumentando. Podemos recordar la época en la que se esperaba un pago razonable para la compra de electrodomésticos, automóviles y casas, pero ahora muchos de los vendedores están ofreciendo a entregar sus productos y cerrar las transacciones de ventas sin pago inicial, incluso asegurando a los compradores que no tendrán que pagar nada por varios meses. El mundo en 2014 es realmente un mundo de crédito y de deudas, tanto entre los consumidores como entre los propios gobiernos.

El Impuesto Federal de los Estados Unidos sobre la renta en 1914 oscilaba entre 1% y un máximo de 6%. Sin embargo, estas modestas tasas se aplicaban sólo después de un liberal exención, lo que dejó al trabajador común con ningún impuesto a pagar, de hecho, menos del uno por ciento de la población de los Estados Unidos pagaba los impuestos sobre la renta en el año 1914. El pico de la tasa de impuesto sobre la renta en 2014 será un poco menos del 40%. La tasa más baja en el año 2014 es del 10%. No es de extrañar que la actitud de las personas hacia los impuestos sobre la renta de cualquier tipo no haya cambiado. Un pequeño porcentaje de personas que tenían que pagar impuestos en 1914 estaban así de infelices pagando 1% a 6% como los que pagan actualmente entre 10% y 40%.

VIAJES

En 1914, el mundo estaba aún en los días del “caballo y la carreta”. El sector automotriz comenzaba a aparecer, pero había muy pocos en las carreteras. De hecho, había pocos caminos adecuados para los automóviles hace cien años. Era tan raro ver un automóvil, especialmente fuera de las ciudades, que muchos accidentes eran causados por los caballos asustados tirándose fuera de los caminos para alejarse de estos extraños, nuevos y ruidosos aparatos.

En el año 2014, en los Estados Unidos y en gran parte del mundo, los automóviles están a la orden del día. En 2010, el número total de automóviles en todo el mundo superó 1 mil millones por primera vez, y en el año 2012 la producción mundial de automóviles superó 60 millones de vehículos. No es de extrañar que en muchas partes del mundo, las calles y las carreteras estén tan congestionadas de tráfico que el movimiento cesa a diario durante periodos de varias horas de duración, y la consiguiente contaminación del aire es sofocante. Nuevas autopistas están siendo construidas en todo el mundo, pero la construcción de estas nuevas carreteras no sigue el mismo ritmo de los millones de vehículos nuevos que están apareciendo cada año.

Hace un siglo los aviones se utilizaban casi exclusivamente en misiones de reconocimiento como los ojos de los ejércitos en guerra, pero no en una forma comercial, ya que no había compañías aéreas comerciales hace cien años. En 1914, los ferrocarriles eran el principal medio de transporte a larga distancia y el transporte adecuado de carga. Aunque los ferrocarriles siguen teniendo un impacto actualmente en el transporte de mercancías, los aviones y los automóviles han reducido en gran medida el uso de los ferrocarriles de pasajeros y en lo que se refiere a los viajes y al transporte de mercancías los camiones le ha quitado una gran parte de los ingresos de mercancías a los ferrocarriles.

¿Quién podría haber imaginado hace cien años que hoy en día habría miles de aviones en el aire en todo momento, de día y de noche, viajando de ciudad en ciudad y de país a país en 600 millas por hora? Según la Oficina de Estadísticas de Transporte, los pasajeros de líneas aéreas comerciales ascendieron a más de 813 millones de personas en el mundo en 2012, con un total de 9,8 millones de vuelos. Eso es más de 2,2 millones de pasajeros por día, tomando por separado 26.800 vuelos diarios—cifras asombrosas de hecho. Realmente, el mundo de los viajes ha cambiado en los últimos cien años.

COMUNICACIÓN—EL MAYOR CAMBIO DE TODOS

Hace cien años el telégrafo y el teléfono eran el principal medio de comunicarse rápidamente. El telégrafo se utilizaba principalmente para los mensajes de larga distancia. Los teléfonos se usaban principalmente para las comunicaciones locales. La transmisión de las noticias al público en general estaba limitada a los periódicos y las revistas. Piense en la forma en que el mundo ha cambiado en este sentido desde 1914, o aun en los últimos cincuenta años. ¿Quién podría haber previsto en 1914 que cincuenta años más tarde, en 1964, por lo general, la gente podría sentarse en sus propios hogares y ver las noticias de importantes acontecimientos en la televisión—a menudo el mismo día en que ocurrieron?

Avanzando rápidamente otros cincuenta años para 2014, la tecnología de las comunicaciones ha superado a la de hace cincuenta años que cualquier comparación con el pasado es casi inútil. Hombres, mujeres y niños, que viven en las regiones más remotas del planeta, tienen la capacidad de comunicarse con cualquier otra parte del mundo literalmente en la palma de su mano por medio de los teléfonos celulares, teléfonos inteligentes, y miles de otras formas de dispositivos de comunicación portátiles. Considere estas escalofriantes estadísticas: 2014 será la primera vez en la historia, cuando el número de teléfonos móviles en el mundo superará la población mundial. Además, con el comienzo de 2014, más del 91% de la población total de la tierra (este porcentaje incluye a los niños) tiene, al menos, un teléfono móvil de algún tipo. ¡Estos son cambios de proporciones monumentales desde 1914 a 2014!

CAMBIOS INIMAGINABLES

Creemos que sería seguro decir que no hay ningún gobierno en la tierra que no ha experimentado cambios radicales en los últimos cien años—incluso entre aquellas naciones que han existido a lo largo de todo ese período. Piense en los cambios afectando a los países como Rusia, Alemania, Italia, Francia, Inglaterra, e incluso a los Estados Unidos, que han tenido lugar desde 1914. En los Estados Unidos, programas como el Seguro Social y Medicare ni siquiera se consideraban hace cien años, aunque hoy están luchando por sobrevivir. ¿Quién hubiera pensado, hace cien años, que el proyecto de ley para los derechos civiles podría ser promulgado en forma de ley en los Estados Unidos, como ocurrió hace cincuenta años en 1964? El debate en curso en este país con respecto a la reforma de la atención de la salud y de la cobertura del seguro médico era inaudito en 1914, simplemente porque no existía tal cosa como los seguros de salud en aquella época. Tales cambios no se imaginaban en el mundo de 1914.

¿Qué significan todos estos cambios? Es natural esperar que la población mundial aumentara en gran medida en cien años, pero incluso esto se ha acelerado mucho por causa de los avances que se han realizado en la ciencia médica, especialmente en relación con la salud de los niños y los bebés, así como enormes avances en el tratamiento del cáncer, enfermedades del corazón y los derrames cerebrales. En este, así como en muchos otros cambios ya señalados, tenemos evidencia visible de la declaración profética de que “muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.” (Dan. 12:4) Seguramente, nunca ha habido un centenar de años en la historia del mundo como aquel de 1914 a 2014.

Muchas veces, cuando tratando de llamar la atención al cumplimiento de la profecía bíblica, se escuchará el comentario de que todo lo que está ocurriendo ahora es simplemente una cuestión de la historia repitiéndose. Siempre ha habido guerras, se dice, y revoluciones, y trastornos de todo tipo, y siempre habrá. Sin embargo, la mayor parte de los acontecimientos más destacados de los últimos cien años, de los cuales sólo unos cuantos se han analizado brevemente en los párrafos anteriores, son bastante nuevos y diferentes a todo lo que ha sucedido antes. Hace cien años, muchos de los actuales aspectos “comunes” de la vida cotidiana eran desconocidos, pero hoy día representan la forma compleja y confusa del agitado mundo lleno de temor en que vivimos.

UN MUNDO DIFERENTE ANUNCIADO EN LAS ESCRITURAS

Seguramente estamos viviendo en un mundo diferente hoy de lo que existía hace cien años. Con todas las maravillosas creaciones producidas por la ciencia, la invención, y la tecnología, parece que debe ser un mundo mucho mejor de lo que es. Sin embargo, la avaricia y el egoísmo ejercen una influencia tan poderosa en los asuntos humanos que el disfrute de las cosas buenas del mundo como resultado del “aumento de la ciencia” en este “tiempo del fin” se estropea con frecuencia por la comprensión de que el progreso de este día de ciencia e invención pudiera llevar a la destrucción de la propia raza humana. No es de extrañar que ideas como estas le vienen a personas de mente seria y que no saben el significado profético de la época en la que estamos viviendo.

Como estudiantes de la profecía bíblica, nos damos cuenta de que el cambio en el mundo de hoy es sólo una fase de la transición de un viejo orden mundial al nuevo mundo de mañana de Dios. Si bien el mundo de 1914 ha llegado a su fin, lo que ha ocurrido en los cien años desde entonces no es el pleno cumplimiento de las profecías de la Biblia sobre el fin del orden social egoísta del hombre. Lo que ha ocurrido hasta ahora es simplemente una parte de los “tiempos de angustia, cual nunca fue desde que hubo nación” (Dan. 12:1), los cuales, por fin, llevarán a la ruptura total de los esfuerzos humanos para mantener la paz y la seguridad. El fracaso del hombre caído, sin embargo, será seguido por la intervención divina a su favor mediante el establecimiento del reino de justicia de Cristo.

En este sentido es revelador observar que mientras que se ha hecho mucho progreso maravilloso y considerable en esta línea para hacer que el mundo en el cual vivimos sea un lugar mejor, durante los últimos cien años se ha producido una decidida pérdida en la capacidad del hombre de gobernarse. La ley y el orden se han derrumbado en cada mano, tanto dentro de las naciones como en el plano internacional. Crimen de toda descripción es rampante en cada nación. Internacionalmente, hay casi infinitas situaciones dolorosas por las cuales aun los más nobles de inteligencia en el mundo de la política son incapaces de encontrar soluciones. El aumento del conocimiento no ha ayudado al hombre a dominar a sí mismo correctamente, con el resultado de que el espíritu de la anarquía está aumentando. Amplificando las palabras proféticas de Daniel, Jesús habló de este tiempo, en las palabras de nuestro texto temático, como un período de “gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo.” A continuación, nos asegura que “aquellos días serán acortados.” —Mat. 24:21, 22

Por lo tanto, a pesar de que el mundo de hoy es mejor en algunos aspectos desde el punto de vista de sus muchas ventajas materiales comparado con el mundo de hace cien años, todavía es un mundo desmoronado. Los elementos de la paz, la seguridad, la justicia y el respeto por nuestros prójimos, todos los cuales son indispensables para que la población de cualquier sociedad mundial sea verdaderamente feliz, se echan en falta. Hay prisa por los placeres y las riquezas de un lado, y las exigencias desordenadas por la libertad de la desigualdad y la opresión del otro, y muy pocos están satisfechos con los resultados en ambos casos.

EL FUTURO

¿Qué podemos decir acerca del futuro? La sabiduría humana considera los próximos cien años como un período en el cual el hombre debe continuar sus intentos de resolver, o por lo menos “remendar”, muchos de los problemas del mundo, si quiere seguir sobreviviendo. Sin embargo, como la historia de los últimos cien años señala claramente, estos esfuerzos no hacen sino crear más, y probablemente más grandes, desafíos que los que existen actualmente. Tan pronto como se resuelve un problema, una cadena de nuevos se desarrollan. Jesús ilustró la inutilidad de esa forma de proceder de la siguiente manera: “Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.” (Mat. 9:16) El “vestido viejo” es equivalente al antiguo orden de cosas, gobernado por el pecado y el egoísmo. Poner remiendo de paño nuevo en el vestido viejo sólo empeora todo el vestido, hasta que finalmente esté en harapos, sin esperanza de salvarse. Sólo un vestido completamente nuevo, el justo reino de Cristo, tendrá las cualidades y la fuerza necesarias para “vestir” a la humanidad con el “manto de alegría.” —Is. 61:3

No podemos decir lo que los próximos cien años guardan para la humanidad. Es muy posible que dentro de ese período el reino de Cristo sea establecido, de una vez por todas acabando con el viejo y pecaminoso orden de cosas. En esto, sin embargo, tenemos que “esperar en el Señor”, en la fe sabiendo que él tiene todos los asuntos bajo el control. La Biblia no proporciona los detalles específicos de los acontecimientos año por año en este caótico tiempo de angustia. De hecho, ni siquiera sabemos qué esperar para el año que acabamos de entrar. Las Escrituras, sin embargo, nos aseguran que lo que sean los acontecimientos de 2014 y más allá, llevarán a cabo los propósitos de Dios, y que será contestada la oración repetida muchas veces, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad así en la tierra.” —Mat. 6:10

Aquel reino, indican las Escrituras, comenzará a ejercer su autoridad en la antigua Tierra Santa—la tierra de Israel. Sus representantes visibles serán los resucitados antiguos siervos fieles de Dios, empezando con el justo Abel y terminando con Juan el Bautista. Si pensamos en las maravillas de los logros humanos, aun en un mundo pecaminoso, ¿qué hay de los logros divinos a través del organismo y del poder del reino de Cristo? De hecho, bien sorprendente será el anuncio que saldrá un día de Jerusalén, de que Abrahán, Isaac, Jacob, y todos los profetas, junto con todos los fieles de la antigüedad, se han levantado de entre los muertos, y están asumiendo la dirigencia de Israel, y preparando a extender el control del reino a todas las naciones.

Pablo preguntó a un gobernador romano si pensaba que se debiera considerar como una cosa increíble el hecho de que Dios levantaría a los muertos. No debiera ser así. El hecho es que el plan del reino de Dios para la salvación de la raza humana durante los mil años del reinado de Cristo se basa en el hecho de que él restaurará la vida a los muertos. La muerte de Jesús no tendría valor para redimir al mundo de la muerte si no se hubiera levantado de entre los muertos. Sus fieles seguidores asidos de la presente Edad Evangélica también se levantarán de entre los muertos en la “primera resurrección” a la “gloria, la honra y la inmortalidad.” (Rom. 2:7) En su debido tiempo, los Beneméritos de la Antigüedad también serán despertados del sueño de la muerte.

Los seguidores de Jesús serán exaltados para vivir y reinar con él en la fase espiritual y celestial del reino mesiánico. A los Beneméritos de la Antigüedad se les dará la autoridad de ser los representantes de ese reino. Después de establecer paz entre aquellos que aún viven en la clausura del gran tiempo de angustia, comenzará la resurrección general de todos los demás miles de millones de personas que se encuentran durmiendo en la muerte. Qué obra estupenda será esto, y cómo el nombre del creador será glorificado a medida que una generación tras otra está librada de la gran prisión de la muerte, iluminada acerca del Dios verdadero y de su voluntad para con ellos, y dada la oportunidad de viajar sobre la “calzada” que lleva a la santidad y a la vida. —Is. 35:8

Como estudiantes de la profecía, seguimos examinando los eventos que tienen lugar en el mundo en el año 2014 y más allá, dándose cuenta de que pronto el reino del Mesías se establecerá en poder y gran gloria, y que a través de sus organismos todos los problemas angustiosos del mundo serán resueltos de manera permanente. Pronto habrá paz en la tierra, porque la buena voluntad de Dios hacia los hombres, después de haber sido demostrada hace casi dos mil años a través del don de su hijo para ser el Redentor del hombre, será plenamente evidente en el establecimiento de ese reino que bendecirá a “todas las familias de la tierra.” —Gén. 12:3; Hechos 3:25



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba